Hemos experimentado en abundancia la cercanía de Dios en este recorrido por Tierra Santa. Ahora nos queda la misión de recorrer nuestros lugares donde nos santificamos y ayudamos a otros para llevarlos a Dios.
No se olviden de pedir por los que hicieron posible este recorrido de misericordia.
"Dios ha estado grande con nosotros y estamos alegres" Salmo 125.
Los tengo presente en mis oraciones y en la celebración de la Eucaristía.