La ciudad de Belén está situada sobre dos colinas rocosas a unos 800 metros sobre el nivel del mar, al lado del desierto de Judea, y a 8km. al sur de Jerusalén. Es aquí donde se produjo el nacimiento de Jesús, al ser José de la tribu mesiánica del rey David -también nacido en Belén-, acudió al llamado a empadronarse en el censo fiscal ordenado por los conquistadores romanos.
En Belén se encuentra la Basílica de la Natividad. Es un templo muy antiguo, que fue ordenado construir por Santa Elena, madre del emperador Constantino (272 DC -337 DC) quien legalizó el cristianismo en el Imperio Romano y buscó las huellas de Jesús en Tierra Santa.
El estilo arquitectónico es el Paleocristiano. La Basílica tiene forma de cruz latina y se ingresa por la Plaza del Pesebre. Su nave central se halla flanqueada por 44 columnas rosadas de piedra caliza en cuatro filas. Desde el exterior se aprecian gruesos muros y contrafuertes, con escasas y pequeñas ventanas. Se entra por una puerta tan diminuta que obliga a pasar de uno en uno, es preciso inclinarse. Es posible contemplar los mosaicos que adornaban el pavimento de la primitiva iglesia constantiniana y en las paredes, también se han conservado fragmentos de otros mosaicos que datan de los tiempos de las Cruzadas.
Pero el centro de esta gran iglesia es la Gruta de la Natividad, que se encuentra bajo el presbiterio. El humo de los cirios, que la piedad popular ha puesto durante generaciones y generaciones, ha ennegrecido las paredes y el techo. Allí hay un altar y, debajo, una estrella de plata que señala el lugar donde Cristo nació de la Virgen María y se aprecia una inscripción, que reza: Hic de Virgine Maria Iesus Christus natus est.
El pesebre donde María acostó al Niño Jesús, se encuentra en una capillita anexa, en un hueco en la roca que está recubierto de mármol. Enfrente, hay un altar llamado de los Reyes Magos, porque tiene un retablo con la escena de la Epifanía. Este ha sido lugar de peregrinaje, los primeros en llegar fueron los Reyes Magos desde Oriente, luego y hasta el presente por los primeros cristianos que recuerdan y veneran el lugar donde nació Jesús.
