Visitar Tierra Santa es don inmenso de Dios y una espléndida oportunidad de
conocer el país de la Biblia y la tierra de Jesús. Es prolongar y actualizar una
larga y venerable tradición de peregrinos a lo largo de los siglos.
Viajar a Tierra Santa es realizar un apasionante recorrido por la historia de la humanidad de occidente y del próximo oriente en los últimos tres-cuatro mil años. Es también contradicción, paradoja, dolor y escándalo esta ha sido la porción territorial más disputada de la historia.
Peregrinar a Tierra es ocasión para reconocer a Jesucristo como un hombre histórico, pero también como Dios y Señor. Es experimentar la necesidad de la paz, el don que solo regala el Señor.
Conocer Tierra Santa lleva al peregrino a una actitud de paciencia, espera, apertura, disponibilidad, solidaridad, fe, oración, capacidad de contemplación y de admiración, espíritu de búsqueda, sencillez y limpieza de corazón. Tierra Santa es el quinto evangelio, todo habla del Hijo del Dios.
Somos el mayor centro de peregrinaciones a los santuarios del mundo y Tierra Santa, en Ecuador.