No sé cómo agradecerles por la posibilidad recibida de estar en esta peregrinación en México. ¡Fue estupenda en todos sus aspectos! El grupo se manifestó simpático y acogedor, los lugares visitados maravillosos sobre todo culminando con la visita al santuario de la Virgen de Guadalupe. Inútil describir los sentimientos y las emociones experimentadas. ¡Me puse sencillamente a llorar! Los guías fueron de verdad muy responsables, preparados, amigables y seguros. ¡Gracias de verdad! Creo que lo que viví es un don y una gracia de Dios. Gracias a todas aquellas personas que lo permitieron. ¡Que el Señor los bendiga infinitamente!
Mons. Giovanni Piccioli