Oculto a plena vista en la inmensidad de la formidable ciudad nabatea de Petra, en el sur de Jordania. Así ha permanecido un gigantesco y enigmático monumento, construido hace más de dos milenios, que un grupo de arqueólogos estadounidenses ha hallado por la gracia de las fotografías aéreas captadas por drones y las imágenes por satélite.
"Se trata de un monumento único en Petra que tiene una gran relevancia", relata a EL MUNDO Christopher Tuttle, el coautor del estudio que ha desvelado la estructura, recién publicado en el Bulletin of the American Schools of Oriental Research. "A pesar de que aún se desconoce la historia completa de este monumento y el papel que jugó en la vida de los habitantes de Petra, es un hallazgo que nos proporciona nueva información sobre la antigua ciudad y nos lleva a plantear nuevas preguntas", agrega el arqueólogo, que ha trabajado en el recinto durante más de 15 años.
La tecnología ha revelado la existencia bajo tierra de una plataforma rectangular -que mide unos 56 por 49 metros-, edificada nivelando una meseta natural. Sobre ella se levantó una plataforma más pequeña, pavimentada y con una hilera de columnas en su lado este, que estaría coronada por una escalera monumental. "Hay otra estructura en la plataforma interior centrada norte-sur. Mide 8,5 por 8,5 metros", señalan los arqueólogos en el estudio. El lugar aún conserva las losas originales y en sus alrededores se han hallado cerámicas que sugerirían que el monumento se remonta a la época de fundación de Petra. "El estado del suelo no puede ser determinado sin una excavación", precisa el texto.
"Esta plataforma monumental no tiene ningún símil en Petra o en sus zonas de influencia actuales. El diseño y la ubicación únicas de esta plataforma suscita una gran cantidad de intrigantes preguntas acerca de su función", subrayan los investigadores. El descubrimiento -con unas medidas que tienen el largo de una piscina olímpica y el doble de ancho- se halla a unos 800 metros al sur de Petra,una ciudad que se extiende por unos 6 kilómetros cuadrados y que es solo una pequeña porción de los 264 kilómetros que abarca todo el complejo arqueológico. La urbe conoció su edad dorada hace más de dos milenios bajo el gobierno de los nabateos, una tribu de beduinos árabes que terminó entregando su reino a los romanos alrededor del 106 d.C.
"La plataforma se encuentra relativamente cerca del centro de la ciudad antigua pero en un lugar de difícil acceso. Lo que parece ser la fachada monumental, con columnas y escalera, mira hacia el este más que hacia la ciudad y no sería visible desde el centro", apunta el estudio. Una ubicación -explican los arqueólogos- nada inusual en Petra, donde la mayoría de sus imponentes edificios tallados en la roca se encuentran ocultos "debido a sus localizaciones topográficas en las montañas y valles circundantes".
La nueva atracción de la ciudad nabatea de color rojizo y sobrecogedora geografía -en la que descuellan el Tesoro, el gran teatro o el Monasterio- permanece bajo la arena. "No se ha decidido aún los siguientes pasos. Nuestro plan es trabajar para ayudar a comprender el monumento y sus funciones en la vida diaria de Petra", asevera Tuttle. Sus descubridores barruntan que, al tratarse de la segunda zona más elevada de la ciudad, la estructura tendría una utilidad pública o ceremonial.
El renacimiento de este monumento es también un recordatorio de los enigmas que guarda la villa, fundada por los nabateos alrededor del siglo VI a.C. entre cañones y acantilados. Fue capital de un imperio comercial que llegaba hasta la actual Siria y terminó conquistada por romanos, bizantinos y otomanos. En el siglo VII fue abandonada y quedó sepultada por el olvido hasta que el explorador suizo Johann Burckhardt la comenzó a desempolvar en 1812. Desde entonces un ejército de turistas visita a diario sus confines, incluidos en 1985 en la lista de Patrimonio Mundial de la Unesco.
"Hay aún muchas sorpresas por descubrir en Petra. La mayoría de las personas no se da cuenta de que solo un porcentaje muy pequeño de la ciudad ha sido explorado, documentado y publicado. Hay tanto trabajo pendiente que se necesitan vidas enteras. Habrá, sin duda, más hallazgos, especialmente ahora que se están empleando nuevas herramientas tecnológicas junto a las excavaciones y los sondeos arqueológicos tradicionales", pronostica Tuttle.
fuente: http://www.elmundo.es/ciencia/2016/06/11/575c5511468aeb002d8b45bb.html?utm_source=twitterfeed&utm_medium=twitter