En la Basílica de San Pablo Extramuros en Roma existe una luz que nunca se apaga. Es la "Llama Paulina Perenne" que encendió el Papa Benedicto XVI el 28 de junio de 2008 al dar apertura al Año Paulino que la Iglesia conmemoró en memoria de los 2000 años de nacimiento del San Pablo, "el Apóstol de los Gentiles".
De esta manera, la luz -que permanece encendida en un gran candelabro que se resguarda en una urna de cristal junto a la imagen de San Pablo al ingreso del Templo- es un signo que ilumina a cada peregrino que ingresa a la Basílica para venerar la memoria del Apóstol. Allí, como acto de gran devoción, se puede adquirir una pequeña vela para llevar a casa o entregarse como ofrenda. Otra Llama Paulina Perenne está situada en el interior de la Basílica iluminando la tumba del Apóstol que predicó la verdad, sufrió por amor a Jesús y mostró la luz del mundo."En la tradición de la Iglesia, cada peregrino puede asociarse con el gesto de la luz, cerca de San Pablo. Ofreciendo esta candela, estamos unidos a todas las comunidades que Pablo visitó. Estos mismos candelabros se encuentran en las iglesias del itinerario paulino", se explica desde el sitio web de la Basílica Papa.
Al encender la luz perenne, el Papa Benedicto XVI expresó: "San Pablo quiere hablar con nosotros hoy. Por eso he querido convocar este ‘Año paulino' especial: para escucharlo y aprender ahora de él, como nuestro maestro, ‘la fe y la verdad' en las que se arraigan las razones de la unidad entre los discípulos de Cristo. En esta perspectiva he querido encender, para este bimilenario del nacimiento del Apóstol, una ‘llama paulina' especial, que permanecerá encendida durante todo el año en un brasero particular puesto en el atrio de cuatro pórticos de la basílica".
En aquella ocasión el Pontífice Emérito también dijo: "En esta hora damos gracias al Señor porque llamó a san Pablo, transformándolo en luz de los gentiles y maestro de todos nosotros, y le pedimos: Concédenos también hoy testigos de la Resurrección, conquistados por tu amor y capaces de llevar la luz del Evangelio a nuestro tiempo. San Pablo, ruega por nosotros. Amén".
"Llama Paulina Perenne" que permanece encendida iluminando la Tumba del Apóstolo San Pablo / Foto: Sonia Trujillo - Gaudium Press. |
La luz, que es signo de oración y comunión, permanece encendida gracias a los Monjes de la Abadía Benedictina de San Pablo Extramuros. Ellos se encargan de recibir las intenciones de oración que los peregrinos entregan al ofrecer el óleo que hace posible que la luz Paulina permanezca encendida.
Además de la Llama Paulina, Benedicto XVI solemnizó el tiempo jubilar inaugurando la "Puerta Paulina". La puerta, por la que ingresaban los peregrinos durante el Año Jubilar para venerar a San Pablo, se halla bajo el Pórtico de la Basílica y cuenta con varios de los momentos más importantes de la vida del Apóstol.
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