1.-
Expresar gratitud: Una de las más grandes virtudes del ser humano,
acto sencillo de dar gracias por lo que ya somos y las numerosas bendiciones que
tenemos.
2.- Cultivar el optimismo: Ver el mundo como un lugar con infinitas posibilidades nos ubica como alegres creadores, capaces de tomar las riendas de nuestra vida con esperanza y optimismo.
3.- Evitar el exceso de comparación con otros: El compararnos con otros solo nos genera un sentimiento de superioridad o resentimiento, ya que podemos desconocer nuestras propias virtudes y talentos así como las de los demás.
4.- Nutrir nuestras relaciones sociales: En tiempos en que la tecnología condiciona nuestras relaciones interpersonales, nutramos nuestras relaciones con la familia, amigos y seres queridos.
5.- Practicar la generosidad: Ayudar a los demás ejerce un poderoso efecto en nosotros. La generosidad es contagiosa y genera una espiral de buenas acciones.
6.- Aprender a perdonar: Acto de salud mental y física hacia nosotros. Es comprender que nosotros también somos capaces hacer daño a otras personas en nuestra dimensión de seres humanos que tienen falencias y errores.
7.- Comprometerse: Ser claros y persistentes con nuestras metas. El compromiso último es siempre con nosotros mismos y con aquello que nos hace felices.
8.- Cuidar el cuerpo: Brindarnos tiempos para el descanso, el ocio, alimentarnos bien y ejercitar de forma regular, da cuenta del respeto y amor que otorgamos a nuestro cuerpo.
9.- Practicar la espiritualidad: Dar cabida a la búsqueda interior que nos conecta con nuestra conciencia, juez que nos alienta a seguir o rectificar en función de las leyes inmutables. Practicar la meditación y la relajación en busca de nuestro yo interior, permitirnos esos tiempos sagrados para nosotros mismos.
10.- Amar: El amor es donación, es el secreto de la felicidad. Ama a Dios, a tu familia, a tus amigos, a tus compañeros, a ti mismo y hasta a tus enemigos. El amor siempre da, no exige nada a cambio porque no es una mercancía.
2.- Cultivar el optimismo: Ver el mundo como un lugar con infinitas posibilidades nos ubica como alegres creadores, capaces de tomar las riendas de nuestra vida con esperanza y optimismo.
3.- Evitar el exceso de comparación con otros: El compararnos con otros solo nos genera un sentimiento de superioridad o resentimiento, ya que podemos desconocer nuestras propias virtudes y talentos así como las de los demás.
4.- Nutrir nuestras relaciones sociales: En tiempos en que la tecnología condiciona nuestras relaciones interpersonales, nutramos nuestras relaciones con la familia, amigos y seres queridos.
5.- Practicar la generosidad: Ayudar a los demás ejerce un poderoso efecto en nosotros. La generosidad es contagiosa y genera una espiral de buenas acciones.
6.- Aprender a perdonar: Acto de salud mental y física hacia nosotros. Es comprender que nosotros también somos capaces hacer daño a otras personas en nuestra dimensión de seres humanos que tienen falencias y errores.
7.- Comprometerse: Ser claros y persistentes con nuestras metas. El compromiso último es siempre con nosotros mismos y con aquello que nos hace felices.
8.- Cuidar el cuerpo: Brindarnos tiempos para el descanso, el ocio, alimentarnos bien y ejercitar de forma regular, da cuenta del respeto y amor que otorgamos a nuestro cuerpo.
9.- Practicar la espiritualidad: Dar cabida a la búsqueda interior que nos conecta con nuestra conciencia, juez que nos alienta a seguir o rectificar en función de las leyes inmutables. Practicar la meditación y la relajación en busca de nuestro yo interior, permitirnos esos tiempos sagrados para nosotros mismos.
10.- Amar: El amor es donación, es el secreto de la felicidad. Ama a Dios, a tu familia, a tus amigos, a tus compañeros, a ti mismo y hasta a tus enemigos. El amor siempre da, no exige nada a cambio porque no es una mercancía.